POR Constanza Garcia.

Primero, la cartera de George Condo, ahora, la portada en Vogue US, la mas amada y odiada del espectáculo mundial siempre ha sido Kim Kardashian.

¿Por qué tanto alboroto? Hay muchos ejemplos que se podrian tomar de portadas de Vogue que no han sido de ni un aporte a la supuesta misión que tiene y que a raíz de este hecho se considera violentada por los seguidores mas snob del papel couche; es absurdo y alarmista que una simple pareja interracial pueda llegar a quebrantar el romanticismo que algunos tienen por la revista. En todo lo actual somos protagonistas de la escena, juzgando a base de contextos e impresiones personales que no necesariamente responden a lo que -por lastima- es verdadero: lo popular. Nos proyectamos a base de prejuicios donde el principal en este caso es que, una mujer que tiene un video sexual por lo cual se hizo famosa y que trabaja por el espectáculo sin tener nada de talento no debería acceder a el mundo cultural.

Atravesando los limites de lo vulgar e imponiéndose como su propio producto no podemos negar y quitar merito que la nueva it girl a logrado transgredir el inconsciente colectivo como la verdadera princesa de Estados Unidos y para los consumidores de moda no es ajeno que la mismísima Carine Roitfeld la utilizo como musa para la tercera edición de CR Fashion Book, siendo fotografiada por Karl Lagerfeld exponiéndola como una ficha clave en la tendencia popular, y a pesar de que a algunos le suene insolencia, no es mas que una muestra de lo que hoy nos da miedo y vergüenza en el futuro va a ser icónico.

 

Es obvio que hay muchas personas que tienen una conexión mas que curiosa con la publicación y sienten recelo e incluso repudio a que una plataforma tan importante sea usada de una forma tan desprotegida, llegando al extremo de dar a entender que perdieron el respeto por lo que tanto endiosaron. Ciertamente la portada invita tanto a conocedores como no tanto; queramos o no esta es una clara muestra de lo que es contemporáneo, donde se nos impone la observación en base a la agresividad que puede conllevar la disolución de un paradigma, el que básicamente radica en si somos lo suficientemente intelectuales como para hacer una selección de quienes merecen estar en un soporte cultural y quienes no, convirtiendo el gusto del publico masivo lo que consideramos parte de un muy reducido grupo de personas.

Se dice que si viniera una ser ajeno a este mundo y se tuviera que mostrar lo que pasa en la actualidad lo mas cercano a esto seria una Vogue, porque, tal como dijo Anna Wintour, la publicación forma parte de una larga tradición de ser capaz de mostrar a quienes definen la cultura en un momento dado, que hacen que las cosas se muevan y cuya presencia en el mundo (…) ejerce influencia sobre la manera en que lo percibimos; y este hecho en particular es una clara muestra de cómo reaccionamos cuando nos hacen ver que asi es como estamos, esto es lo que verdaderamente consumimos, todos sucumbimos a lo espectacular; somos la sociedad del espectáculo.